Este viernes, a través de la Resolución 683/2024 publicada en el Boletín Oficial, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) anunció el cierre de 20 oficinas distribuidas en todo el país. La medida forma parte de una estrategia del organismo para mejorar la coordinación, economía y eficiencia del servicio, según explicó el titular del Senasa, Pablo Cortese.
Cortese aseguró que, a pesar de los recortes, la prestación del servicio no se verá afectada en los territorios. Sin embargo, la integración de las oficinas clausuradas a jurisdicciones locales más cercanas ha generado preocupación entre los productores locales, especialmente donde la distancia entre oficinas supera los 40 kilómetros.
En la provincia de Buenos Aires, las oficinas clausuradas incluyen Berisso, Capilla del Señor, Coronel Rosales, Henderson y San Nicolás, las cuales han sido integradas a las oficinas de La Plata, San Andrés de Giles, Bahía Blanca, Daireaux y Ramallo, respectivamente.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la oficina del Mercado de Hacienda de Liniers ha sido trasladada a Palermo.
Por otro lado, en Córdoba, las oficinas de Alta Gracia, General Levalle, Hipólito Bouchard, Salsacate, Villa del Totoral y Villa Huidobro han sido incorporadas a las de Córdoba, Laboulaye, Huinca Renancó, Villa Dolores, Jesús María y Huinca Renancó, respectivamente.
En Corrientes, las oficinas de General Alvear, Itatí, San Cosme y San Luis del Palmar ahora dependen de la sede de Corrientes y La Cruz.
Además, en Misiones, la oficina de Aristóbulo del Valle se ha integrado a San Vicente; en Salta, Salvador Mazza a Tartagal; en San Luis, Nogolí a San Luis; y en Santa Fe, Villa Cañás a Firmat.
La redistribución busca consolidar recursos y optimizar el funcionamiento del Senasa, aunque se espera un monitoreo cercano para evaluar el impacto real en los servicios locales, especialmente en términos de accesibilidad y tiempos de respuesta para los productores del campo.
