Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del Partido Justicialista y exmandataria argentina, encabezó un acto en la sede del PJ en conmemoración de los fusilamientos de José León Suárez. Acompañada por dirigentes del peronismo como Axel Kicillof, vinculó ese hecho histórico con su situación judicial actual, en referencia a la causa Vialidad y la posibilidad de ser encarcelada.
Durante su discurso, afirmó que “estar presa sería un certificado de dignidad” y denunció una persecución política promovida por sectores económicos y mediáticos hegemónicos. Reivindicó la militancia y llamó a fortalecer la unidad del PJ ante el avance del gobierno de Javier Milei, al que calificó de “modelo inviable”.
Cristina criticó duramente al actual gobierno por el ajuste, el endeudamiento, la caída del salario y la falta de inversión en servicios esenciales. También cuestionó la pasividad de algunos dirigentes peronistas y reclamó dejar de lado las mezquindades para construir una alternativa sólida.
Finalmente, se definió como “una fusilada que vive” en alusión a los intentos de silenciarla y remarcó que el pueblo no puede ser eliminado de la historia argentina. El Grupo de Puebla, en paralelo, expresó su apoyo y denunció una persecución judicial en su contra.
