El papa Francisco, convaleciente por sus problemas de salud, ha reaparecido este domingo en persona ante los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano, al final de la misa del Jubileo dedicada a los enfermos.
Después, una mujer leyó un mensaje en su nombre en el que saluda “con afecto” a todos los que han participado en la misa del Jubileo de los Enfermos y agradeció “de corazón” las oraciones por su salud.
Francisco, que prosigue su convalecencia por sus problemas de salud, llamó este domingo a no apartar de la sociedad a quienes padecen la enfermedad pues “afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos”, alegó en una homilía leída en su nombre en la misa del Jubileo de los Enfermos más temprano este domingo.
“Queridos hermanos y hermanas enfermos, en este momento de mi vida comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de tener necesidad de apoyo”, confesó en el texto el pontífice
Y agregó: “No es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir”.
La homilía fue leída en su nombre por el arzobispo Rino Fisichella durante una misa que congregó en la Plaza de San Pedro a unas 20.000 personas entre pacientes, voluntarios y sanitarios que peregrinaron a Roma para cruzar la ‘Puerta Santa’ por el Jubileo.
La delicada situación del papa, aunque mejora poco a poco según la Santa Sede, había hecho que esta cita del Jubileo dedicada a los enfermos de todo el mundo fuera especialmente esperada.
En este sentido, citó a su antecesor, Benedicto XVI, fallecido con 95 años el 31 de diciembre de 2022 y que en su encíclica ‘Spe Salvi’ (2007) sostuvo que “la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento” y que “una sociedad que no logra aceptar a los que sufren es cruel e inhumana”.
“Es verdad, afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos y compartir el dolor es una etapa importante de todo camino hacia la santidad”, sentenció.
El pontífice instó a la sociedad a “no relegar al que es frágil” como, denunció, “lamentablemente vemos que a veces suele hacer hoy un cierto tipo de mentalidad”.“No apartemos el dolor de nuestros ambientes. Hagamos más bien de ello una ocasión para crecer juntos”, emplazó.
Además, Bergoglio se dirigió a los médicos, enfermeros y miembros del personal sanitario presentes en San Pedro y en el mundo entero para encomiar su labor atendiendo a sus pacientes.
“El Señor les ofrece la oportunidad de renovar continuamente su vida, nutriéndola de gratitud, de misericordia y de esperanza. Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia, para curar sus corazones, purificándolos de todo lo que no es caridad y calentándolos con el fuego ardiente y dulce de la compasión”, les animó.