GALLARDO Y MELLIZO

El entrenador de Vélez volvió al Monumental para verse las caras con uno de sus más acérrimos rivales al que no enfrentaba hacía siete años y se llevó una goleada en contra por 4-1.

Gallardo Guillermo Barros Schelotto

Al igual que sucedió con Fernando Gago el pasado fin de semana, otro protagonista de la final de la Copa Libertadores 2018 volvió a verse las caras con el River de Marcelo Gallardo. Esta vez fue Guillermo Barros Schelotto quien se sentó en el banco de suplentes del estadio Monumental, pero ya no con el saco de Boca, sino con el de Vélez. La última vez que había enfrentado al Millonario, hace siete años, le costó el puesto, y esta lluviosa noche en Núñez tampoco tuvo un final feliz ya quesu equipo fue goleado 4 a 1.

Antes de que comenzara el partido, los hinchas del club de Núñez le recordaron aquel partido en la capital española al grito de «el que no salta, murió en Madrid» y «Guillermo c… roto». Como era de esperar, el Mellizo tuvo un recibimiento hostil y fue el blanco de cánticos de los simpatizantes. Más allá de eso, tuvo un cordial saludo con el Muñeco.

El «recibimiento» para Schelotto no solo culminó ahí, sino que en la tribuna apareció una bandera con una recordada frase de Guillermo. «Nadie nos supera», rezaba. ¿A qué se debe esa declaración? Es que en 2018, luego de vencer en la Bombonera a Talleres de Córdoba y a días de perder la final de la Supercopa Argentina ante River, el DT de Vélez, bastante molesto, disparó: «Nadie nos supera y un episodio no me va a cambiar. Ni perder con River».

Pese a las cargadas que se llevó, el DT evitó entrar en polémicas y al ser consultado sobre cómo vivió enfrentarse nuevamente al elenco de Núñez contestó: «Vine a dirigir a Vélez, no tengo nada que decir».

Sobre el desarrollo del encuentro, puntualizó: «Cuando le regalás tres goles a River es difícil remontarlo, más allá de que metimos dos tiros en los palos y podríamos haberlo empatado porque jugamos de otra manera, pero la campaña fue irregular, hay que encontrar un punto de equilibrio y ser el equipo de la Copa. Desde que llegamos hemos jugado cada tres o cuatro días, no hemos tenido muchos días de trabajo, ahora vamos a tenerlo».

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