Los trabajadores ya no tendrán la obligación de entregar los aportes a la obra social de su sector para luego derivarla a una prepaga. La medida es un duro desfinanciamiento a los sindicatos.
El gobierno nacional decretó que los trabajadores ya no tendrán la obligación de aportar a las obras sociales del sector en que son empleados para que luego esos ingresos sean derivados a las Prepagas en caso de que así lo quieran. La decisión es un duro golpe para los sindicatos que perderán buena parte de su financiación y un beneficio para las prepagas que aumentarán su recaudación.
El aporte a las obras sociales se compone por un aporte del 3% del salario de los trabajadores y con un 6% por parte de los empleadores. La intermediación de las obras sociales permitían a los gremios quedarse con un 2% del aporte de cada trabajador.