El entrenador de Vélez volverá a verse las caras con uno de sus más acérrimos rivales después de siete años, en el Monumental. El balance frente a ambos es negativo.

Al igual que sucedió con Fernando Gago el pasado fin de semana, otro protagonista de la final de la Copa Libertadores 2018 volverá a verse las caras con el River de Marcelo Gallardo. Esta vez, será Guillermo Barros Schelotto quien se sentará en el banco de suplentes del estadio Monumental, pero ya no con el saco de Boca, sino con el de Vélez. En este camino, buscará cambiar la cara de una rivalidad que le costó el cargo en el Xeneize casi siete años atrás.
La historia del Mellizo frente al Millonario, que había sido picante en su etapa de jugador-ídolo del Xeneize, como entrenador comenzó en Lanús, y con el pie izquierdo. Perdió 1-0 en Núñez, gol de Rodrigo Mora mediante, en la última fecha del Torneo Inicial 2012 y no pudo llegar al podio.
De todas formas, tendría revancha al año siguiente, cuando lo goleó 5-1 en la Fortaleza por el campeonato local y lo eliminó en los cuartos de final de la Copa Sudamericana 2013, tras un contundente 3-1 en el Monumental. Estos cruces fueron ante el River de Ramón Díaz, aunque en 2012 había estado Gustavo Zapata de interino. Cuando asumió el Muñeco, los dos partidos que disputaron entre 2014 y 2015 terminaron empatados.
Ergo, la dupla técnica de los hermanos Barros Schelotto se marcharía del Granate a fines del 2015 con un historial parejo contra la Banda –dos ganados, tres perdidos y tres empatados-, de los cuales seis habían sido con el riojano del otro lado.
El otrora delantero asumió en el club de la Ribera a principios de 2016. Si bien arrancó derecho gracias a la victoria y dos empates que acumuló en sus tres primeros Superclásicos, el futuro no le deparó un buen andar frente a River luego del partido que perdió por 3-1 en La Bombonera en 2017.
El ciclo de Guillermo Barros Schelotto quedó marcado, principalmente, por las dos caídas contra el rival de toda la vida en las finales de la Supercopa Argentina 2018, en Mendoza, y la Copa Libertadores, en Madrid, sumadas al contundente 0-2 que recibió en la Superliga del mismo año.
De hecho, el Mellizo se fue del club luego de perder la final del máximo torneo continental en el estadio Santiago Bernabéu y cerró un balance total de cuatro triunfos, seis igualdades y siete derrotas ante River, mientras que su mano a mano personal con Gallardo, su contrincante de la fecha 16 del Apertura de la Liga Profesional, concluyó en 2 PG – 5 PE – 4 PP.