La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio un giro en su postura política frente al gobernador bonaerense Axel Kicillof, pasando de confrontarlo abiertamente a enviar una señal de unidad. Durante meses, el cristinismo presionó para que las elecciones en la provincia de Buenos Aires fueran concurrentes, pese a que Kicillof ya había decretado el desdoblamiento electoral. Sin el respaldo necesario en la Legislatura, CFK retiró el apoyo a esos proyectos y pidió a sus legisladores que acompañaran la suspensión de las PASO, en un gesto de distensión.
Este movimiento busca frenar la fragmentación del peronismo bonaerense, que amenaza con beneficiar a la alianza Milei-Macri. Aunque persiste la desconfianza entre el sector de Kicillof (MDF) y el cristinismo, ambos coinciden en que es momento de priorizar la campaña electoral y evitar una ruptura interna.
Cristina, sin embargo, mantendría su intención de competir en las elecciones seccionales por la tercera sección, y Sergio Massa podría hacer lo mismo en la primera. La idea es conformar listas de unidad, dado que las PASO probablemente serán suspendidas. Aunque CFK y Kicillof no se hablan directamente, se comunican a través de terceros, intentando evitar que el conflicto interno debilite al oficialismo en la provincia más importante del país.
En resumen, Cristina Kirchner retrocedió estratégicamente en la disputa con Kicillof para preservar la unidad del peronismo bonaerense, aunque las tensiones internas persistenINTERNA