AXEL CRIST MASSA

Si Cristina Fernández de Kirchner fuera condenada de forma definitiva y se le prohibiera ejercer cargos públicos, dentro del propio peronismo, quien podría verse fortalecido es Axel Kicillof. Considerado por muchos como el heredero político de Cristina, su liderazgo se vería liberado del peso de la tutela directa de la expresidenta, lo que le permitiría consolidarse como una referencia central del kirchnerismo y posiblemente proyectarse a nivel nacional. No obstante, también quedaría expuesto a las tensiones internas de un espacio sin conducción clara, con disputas abiertas entre sectores más moderados y más radicalizados.

Otro dirigente que podría intentar capitalizar el vacío es Sergio Massa, quien aún conserva estructura política, capacidad de negociación y visibilidad pública. Sin Cristina en el tablero, podría aspirar a liderar un espacio peronista más moderado y centrista, capaz de dialogar con otros sectores y tender puentes tanto dentro como fuera del peronismo. A su vez, algunos gobernadores justicialistas que se han alejado del kirchnerismo más duro, como Osvaldo Jaldo o Raúl Jalil, también podrían ganar margen de acción para impulsar una renovación interna del PJ más pragmática y menos ideologizada, centrada en la gestión y el federalismo.

En definitiva, la condena con proscripción de Cristina Kirchner abriría un reacomodamiento profundo en el mapa político argentino. Fortalecería al oficialismo nacional al debilitar a su principal adversaria y generaría una disputa de liderazgos en el peronismo, donde los beneficiados dependerán de su capacidad para ordenar el espacio, conectar con la sociedad y reconstruir una propuesta competitiva.

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