MENSAJE IGLESIA

«Nuestra Patria está herida, despojada de casi todo, media muerta», expresó Monseñor Jorge García Cuerva.

Durante la misa por el Día de San Cayetano, la Iglesia aseguró que «nuestra Patria está herida, despojada de casi todo, media muerta», al tiempo que cuestionó la falta de trabajo en el país y pidió dejar de «discutir en escritorios las cifras de pobreza».

Al comienzo de la homilía, el Arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva dedicó unas palabras para hablar sobre la situación de la Argentina. «Hemos visto avanzar en nuestra Patria las densas sombras del abandono, de la violencia utilizada para mezquinos intereses de poder y división, y la ambición de la función pública buscada como botín», expresó, citando al papa Francisco.

«El hombre cayó en manos de unos ladrones; hoy son manos manchadas de sangre por el narcotráfico que roba el futuro de generaciones enteras, manos sucias de corrupción y coima que roban oportunidades, manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia que roban solidaridad», agregó.

Además, pidió «no pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida» y sobre todo a «las víctimas de la exclusión».

«Hay muchas maneras de pasar de largo: vivir ensimismados, desentenderse de los demás, ser indiferentes, o discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad», indicó García Cuerva en Liniers.

En esa línea, afirmó que «lo verdaderamente popular, porque promueve el bien del pueblo, es asegurar a todos la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa, sus fuerzas».

«Esa es la mejor ayuda para un pobre, el mejor camino hacia una existencia digna», dijo, nuevamente citando al Sumo Pontífice y reclamando por más trabajo en el territorio nacional.

Por otra parte, el Arzobispo reclamó no quedarse reflexionando sobre «los ladrones de esperanza y dignidad, profetas de calamidades y tragedias» y aseguró que San Cayetano escucha a sus feligreses porque «un amigo no pasa de largo, no mira desde lejos».

«Esto no es un tema de ideologías o posturas partidarias, es un tema de estar o no cerca de la gente sencilla de a pie, la que se levanta temprano para ir a trabajar, la que lleva los chicos a la escuela, la que pelea todos los días para llevar el pan a la mesa familiar, la que sigue haciendo un esfuerzo enorme a pesar de todo», aseguró, y agregó: «Porque como dice Francisco: lo verdaderamente popular, porque promueve el bien del pueblo, es asegurar a todos la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa, sus fuerzas. Esa es la mejor ayuda para un pobre, el mejor camino hacia una existencia digna. Por ello, insisto, -sigue diciendo el Papa-, en que ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo. Queremos ser buenos samaritanos que curan heridas». Tags

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