El ex Racing será la primera cara nueva del Millonario y llega para ocupar el hueco que dejará Mastantuno.

Maximiliano Salas ejecutará su cláusula de rescisión y se convertirá en el primer refuerzo de River para el segundo semestre. El delantero de 27 años deja Racing a cambio de 8 millones de euros y será la primera cara nueva para el entrenador, Marcelo Gallardo, a quien espera aportarle soluciones.
Futbolísticamente, Gallardo planea ubicarlo como extremo por derecha, más precisamente, para ocupar la posición que quedará vacante, a partir del 14 de agosto, cuando Franco Mastantuno deje el club para ser jugador del Real Madrid. Aunque también puede desempeñarse como segunda punta y acompañar a Facundo Colidio en el ataque, si el técnico elige modificar el esquema y jugar con dos delanteros.
«Hoy no tengo jugadores para presionar, con la impronta de no dejar jugar al rival”, declaró Gallardo, en una entrevista con ESPN luego del triunfo ante Urawa Red Diamonds en el Mundial de Clubes. Justamente eso es lo que busca el técnico con la incorporación de Salas. Su ímpetu, su velocidad y su facilidad para presionar son virtudes que seducen al Muñeco y que escasean en los delanteros del plantel.
Miguel Borja se caracteriza por ser un nueve de área con poca movilidad y escaso sacrificio a la hora de recuperar el balón, algo que no le gusta al técnico. Facundo Colidio tampoco suele ejercer el pressing asfixiante que quiere el Muñeco. A eso se le suma la ausencia de Sebastian Driussi, que sufrió un esguince severo en el ligamento interno del tobillo izquierdo ante los japoneses y apunta a reaparecer en el choque de ida ante Libertad por los octavos de final de la Copa Libertadores.
El chileno Gonzalo Tapia, que llegó al club en enero desde la Universidad Católica pero disputó apenas siete encuentros y parece próximo a irse; y el juvenil de 18 años, Ian Subiabre, quien apenas disputó 16 partidos con la casaca del Millonario, perderían terreno en la consideración del Muñeco con la llegada de Salas al plantel.
En un semestre que tendrá a la Copa Libertadores como objetivo principal, además del Torneo Clausura y la Copa Argentina, el técnico millonario buscará recuperar ese estilo de juego que tantos frutos le dio en el inicio de su primera etapa al frente del club. Presión alta, intensa y constante, algo que a River le faltó en el último tiempo. La incorporación de Salas es el puntapié para lograrlo.