ACTO CRISTINA 18-6

La expresidenta rompió el silencio pero también el esquema previsto: convirtió la movilización en una acción personal. Rechazó su condena y buscó reinstalarse como figura central del escenario político. En su mensaje, breve pero calculado, habló más de sí misma que del peronismo

Cristina Kirchner aseguró que el juez Gorini, al concederle el beneficio de la prisión domiciliaria, le prohibió salir al balcón. (Foto: REUTERS/Pedro Lázaro Fernández)

Con dos mensajes claros y un desafío a los jueces,Cristina Kirchner logró encontrar la manera de convertirse en la protagonista exclusiva del acto político de Plaza de Mayo, que se había pergeñado como una movilización a Comodoro Py para acompañarla cuando se entregara a la Justicia. Pero luego del beneficio de prisión domiciliaria que le otorgó el Tribunal Oral Federal 2, a cargo del juez Jorge Giorini, se reconfiguró en una concentración.

En un abierto desafío a la Justicia, la expresidenta habló desde su lugar de detención, su departamento de Constitución, donde permanece condenada y en prisión. Y no perturbó la tranquilidad de su barrio, tal como le ordenaron los jueces al concederle la prisión domiciliaria. Directamente, los esquivó.

Acercó dos mensajes muy claros. Desde su punto de vista, sostuvo que fue condenada en la causa Vialidad porque este modelo económico “se cae”, y desde el Gobierno no quieren que compita en las próximas elecciones legislativas, en las que iba a presentarse como candidata a legisladora bonaerense por la Tercera Sección Electoral. “No me dejan competir porque saben que pierden”, dijo.

En la visión de Cristina, no fue condenada luego de un proceso judicial justo y por haber cometido un delito grave de corrupción, sino para ser proscripta.

Militantes de La Cámpora en las inmediaciones de Plaza de Mayo portan muñecos con las figuras de Cristina y Néstor Kirchner. (Foto: REUTERS/Martin Cossarini)

El otro eje que CFK dejó en el audio que grabó desde su departamento, y que se reprodujo en los parlantes dispuestos en la plaza (luego hubo un saludo a los militantes, con un llamado en vivo), fue aún más paradójico. Cristina, condenada a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, le promete a su militancia: “Vamos a volver, con más unidad y fuerza”.

Una líder política, condenada e impedida de competir en las elecciones -en un fallo que fue ratificado por la Corte Suprema de la Nación-, buscó generar expectativas de futuro.

Fue un discurso breve -apenas superó los nueve minutos-, que Cristina elaboró pensando en sí misma. Pidió organizarse, pero no pensó en el peronismo.

Al PJ, no a ella, le queda en cambio una pregunta que por ahora no tiene respuesta: ¿cómo construir un futuro sin Cristina Kirchner? O tal vez más amplio: ¿de qué manera pensarlo sin el cristicamporismo?

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