La joyita de 19 años, que viene de romperla con un doblete ante Instituto, no tiene un vínculo a largo plazo pero de todas formas está blindado como la mayoría de las promesas del club.
La premisa de Marcelo Gallardo de priorizar a los juveniles del club por encima de los rezagados tuvo un efecto positivo inmediato en este segundo semestre. Juan Cruz Meza y Ian Subiabre tuvieron sus chances y respondieron, pero el que realmente se destacó y sorprendió al Mundo River fue Santiago Lencina.
Aunque en su debut con Martín Demichelis y en los pocos partidos que tenía en el lomo ya había exhibido destellos de un jugador a seguir, el mote de «promesa» empezó a escalar en los primeros partidos del Torneo Clausura.
Su cuota goleadora (convirtió por duplicado en la goleada a Instituto), el juego asociado que le aportó al equipo y la movilidad e intensidad propia de su frescura le dieron un salto al River de Gallardo. «Me pone muy feliz por él, chico del club, cualidades tiene y ahora tiene la oportunidad de jugar. Que haya podido coronar con dos goles son hace muy bien como equipo», afirmó orgulloso el Muñeco.
Y claro que su explosión, inmediatamente después de la descomunal venta de Franco Mastantuno al Real Madrid por la cláusula de rescisión, rápidamente generó la incertidumbre de los hinchas por la situación de un pibe con mucha proyección.
Lencina tiene contrato en River hasta diciembre de 2026 y una cláusula de 30 millones de euros, similar a la de la mayoría de los juveniles del club, para así proteger su patrimonio del poderío económico de los gigantes de Europa.
“Es un método que el club está tenido para tratar de tener una cuestión que nos respalde con. Esto no tiene que confundir a los jugadores ni a la gente. Son chicos, tranquilos», explicó el DT, al ser consultado por Juan Bautista Dadín, a quien River blindó por 100 millones.
