El chileno pasó de ser la gran esperanza del Xeneize en el arranque del año a una de las grandes decepciones. El «mimado» de Riquelme mostró destellos, pero luego recayó en indisciplinas, acusó algunos problemas físicos por los que lo miraron de reojo y ahora quedó apuntado por Russo, que ni lo convocó.
El `combo´ Carlos Palacios empezó a ser efecto en Boca. Cuando Juan Román Riquelme lo llamó para traerlo de Colo Colo como ese jugador distinto que podía cambiarle la ecuación a un equipo necesitado, sabía que el talento venía acompañado de cuestiones extrafutbolísticas. La indisciplina de a poco irrumpió en el camino del chileno y tuvo sus consecuencias
Aquel faro de esperanza que supo ser para los hinchas xeneizes en sus primeras presentaciones se fue diluyendo, al punto de que ahora ni siquiera fue convocado por Miguel Ángel Russo para la Copa Argentina.
Aunque internamente dejaron trascender que presenta una tendinitis en ambas rodillas y por eso no viaja a Santiago del Estero para enfrentar a Atlético Tucumán, e incluso el propio jugador así lo dijo en un fuerte comunicado, quienes transitan el predio de Ezeiza día a día hablan de que el experimentado DT colmó su paciencia con algunas actitudes y bajó el martillo.
Los antecedentes del pasado, la acumulación de «molestias» antes de varios partidos importantes y una seguidilla de indisciplinas hicieron que Russo dijera «basta». Ahora, Palacios quedó en la mira del entrenador y difícilmente sea convocado en el corto plazo.
Cansado de las polémicas y apelando a la mano dura para cambiar el rumbo, quienes conocen a Miguelo dan cuentan de que al volante ofensivo le va a costar recuperar su confianza y un lugar en el once. Con sus diferencias, a Exequiel Zeballos le pasó: fue marginado un tiempo después de pedir el cambio ante Auckland City, sin lesión alguna, y luego corrió de atrás. Recién en esta fecha volvió a ser citado.
Cronología de Palacios en Boca: de titular indiscutido a borrado
«Siempre estuve en contacto con él, me ayudó, me aconsejó, me cambió la mente…», confesó hace poco sobre sus conversaciones con Riquelme antes de ser presentado como refuerzo de Boca a fines de 2024.
Rápidamente, el chileno, que arrastraba varias polémicas en Chile y sus clubes previos, demostró su categoría en un contexto donde la vara estaba baja y el hincha `compró´ con su fútbol.
Tuvo un debut positivo y poco después llegó su primer gol ante Huracán, con dedicatoria posterior al palco para Román, quien lo `mimó´ desde el día uno por verlo como un talento que podía darle mucho al club. «La adaptación fue muy buena, se me ha hecho muy fácil», dijo el propio jugador.
El cambio en la historia no fue brusco, sino un proceso de declive progresivo que arrancó con su primera desobediencia en los tiempos de Fernando Gago: faltó a un entrenamiento tras un viaje a Chile y fue separado del plantel por decisión de Pintita.
Por ese motivo, se perdió el duelo que terminó con derrota ante Newell’s. Luego, el chileno rompió el silencio, explicó lo sucedido y aseguró que entendió la decisión que tomó el entrenador: «Son reglas de convivencia que se tienen que respetar».
Lo cierto es que Palacios afirmó que avisó al club del choque que sufrió rumbo al aeropuerto «inmediatamente», dado que el siguiente vuelo recién era a las 17: «Avisé al Consejo, no fue que ellos se dieron cuenta porque no llegué y por eso me castigó el club. No hubo multa incluso».
La siguiente acción que lo hizo embarullar su estadía en Brandsen 805 fue el viaje relámpago a su país natal inmediatamente después de que Boca perdiera con River en el Monumental. En el ojo de la tormenta, más tarde se`cruzó´ con algunos hinchas en un vivo de Instagram, justamente porque le reclamaban mayor profesionalismo.
“Siento que no tiene nada de malo, no te va a hacer más ni menos por salir a algún lado, por compartir con tus amigos, por querer divertirte un rato, no te va a hacer una persona diferente. Ni miro lo que hablan o lo que opinen de mí, cada uno sabe lo que puede hacer“, tiró en una entrevista semanas después, para echar más leña al fuego.
Ya cerca en la línea de tiempo, lo últimos problemas terminaron de cansar a Russo y lo llevaron a tomar la determinación de marginarlo: primero, acusó fiebre antes del debut con Argentinos, jugó igual y no estuvo a la altura: y luego, a comienzos de esta semana y con su cumpleaños en el medio, aseguró tener dolor en ambas rodillas.
Titular tanto frente a Argentinos Juniors como contra Unión en el inicio del Torneo Clausura -aunque reemplazado en ambos encuentros-, directamente no será parte de la delegación que se presentará en el Madre de Ciudades. La postura oficial indica que es por lesión, pero detrás también pesan todos sus antecedentes.
