Para los alumnos chaqueños, el último día de clases antes del receso invernal es mucho más que una simple jornada escolar: es un momento de alivio, celebración y expectativa. Después de semanas de esfuerzo, tareas y exámenes, ese día marca una pausa merecida, una oportunidad para desconectarse de la rutina escolar y recargar energías.
En muchas escuelas del Chaco, este día se vive con un ambiente festivo. Las aulas se llenan de risas, juegos y despedidas momentáneas entre compañeros y docentes. A menudo se organizan actividades recreativas, pequeños actos o meriendas compartidas, reforzando los lazos entre los estudiantes como por ejemplo, los alumnos de 5to año del colegio Piacentini de la ciudad de Resistencia que, organizaron un día de camping con actividades reportivas y recreativas, y esta vez, el lugar elegido fue las instalaciones de Hebraica donde festejan su último día de clases y el pricipio de las vacaciones invernales.

La llegada de las vacaciones de invierno también tiene un sabor especial en la región. Es un tiempo para compartir en familia, disfrutar de las tradiciones locales, descansar del ritmo escolar y, para muchos chicos, aprovechar los espacios culturales, deportivos y recreativos que se ofrecen en los municipios chaqueños. Ya sea en la ciudad o en zonas rurales, las vacaciones representan una pausa necesaria, en la que el frío se convierte en compañero de juegos, siestas largas y momentos de abrigo junto a los seres queridos.
En resumen, para los alumnos del Chaco, el último día de clases no solo significa cerrar una etapa, sino también abrir la puerta a unos días de descanso, alegría y renovación, antes de volver con energía a continuar el ciclo escolar.