Con un dibujo táctico nuevo ante Estudiantes, el Millo brilló en el primer tiempo y la guapeó en el segundo para asegurarse el primer puesto en el Clausura y la tabla anual, pero sobre todo para abrazarse a una esperanza contra Palmeiras.

Ayudado también por la inestimable eficacia, el mejor aliado del fútbol -dos goles en casi dos llegadas antes del cuarto de hora-, River jugó 40 minutos que deberían sumarse a lo mejor de 2025, una mezcla de juego, intensidad y autoridad similar a la de aquellos 30 días entre el 3-0 a Gimnasia (18 de abril) y la derrota con Platense (20 de mayo) en los que el equipo fue todo lo que se espera de este plantel y de Marcelo Gallardo.
Ya con el 4-3-3 fuera del menú, el Muñeco parece haber ganado con el 3-5-2 un dibujo táctico para el partido del miércoles contra Palmeiras, aunque lo más importante de la presentación en La Plata no fue el diseño sino la actitud, sintetizada en Marcos Acuña, Lautaro Rivero, Juan Portillo y Maxi Salas, figuras por contagio.
River fue, como pocas veces en el año -pero como siempre se espera de la obra de Gallardo-, un equipo con deseo y aptitud. A las ganas de jugar en el primer tiempo le siguieron las de ganar en el complemento, ya en plan resistencia tras la expulsión de Lucas Martínez Quarta. Justo en un partido especial contra Estudiantes, la Cultura Muñeco mostró juego y pelea.
Este River con energía se explica gráficamente en los goles de mediocampistas, hasta ahora una de las falencias del año. Si Giuliano Galoppo (6 tantos en 24 partidos) y Nacho Fernández llegan al área rival como en La Plata, River ya no dependerá únicamente de Maxi Salas y Sebastián Driussi.
Guapeando el segundo tiempo, River demostró también que, aunque todavía no cumplió los objetivos del año, tiene cierto halo de indomable, de haber cultivado anticuerpos para evitar la derrota. Es un equipo que en 2025 jugó partidos y más partidos y que, sin embargo, apenas perdió dos, uno contra Estudiantes -ayer llegó la revancha- y el otro ante Inter, de Italia.
Incluso últimamente le sumó, en las taquicárdicas definiciones por penales contra Unión y Libertad, la fortaleza psicológica de Franco Armani. Más señales para creer que, aunque Palmeiras es favorito, River estará a la altura, en especial si vuelve a jugar con frac y overol como ante Estudiantes.